lunes, 9 de mayo de 2011

Realismo Ruso

El contexto sociohistórico
Rusia se incorpora al conjunto de la literatura europea a lo largo del siglo XIX, especialmente con el Realismo.
Las condiciones sociales e históricas tienen características específicas a lo largo de la segunda mitad del siglo y tendrán su reflejo en la literatura realista. Señalemos que Rusia es un país agrario, con una burguesía muy escasa, concentrada en
Moscú y San Petersburgo, en la que dominan los grandes terratenientes y aristócratas sobre una gran masa de población campesina ligada a la propiedad de la tierra como siervos de la gleba. Bajo el reinado de Alejandro II se produjo uno de los hechos más importantes de la historia rusa, la abolición de la servidumbre, si bien la medida no favoreció económicamente a los campesinos. Rusia, que había vencido a Napoleón, se ve acosada por su enfrentamiento con el imperio turco y aumentan las ansias revolucionarias: anarquismo (Bakunin era ruso), nihilismo, terrorismo, populismo, son movimientos en los que se ven envueltos intelectuales y universitarios.
Tras la subida al poder del zar Alejandro III en 1881 la tensión entre los partidarios de la occidentalización (defendida ya por Pedro I el Grande entre finales del XVII y principios del XVIII), que promueven el constitucionalismo, las libertades y la modernización, y los defensores de la tradición rusa, de la Santa Madre Rusia, (los eslavófilos, los defensores de la religión ortodoxa o los partidarios de formas tradicionales de propiedad colectiva), se resuelve a favor de los últimos pues el zar ejerce un poder autocrático y represivo.
2. Características del realismo ruso
La novela realista rusa reflejará esta realidad, tan distinta de la realidad francesa de las novelas de Flaubert y
Balzac, o de la realidad inglesa que vemos en Dickens o de la que reflejan nuestros Galdós o Clarín. La novela rusa fue conocida en toda Europa y tuvo influencia en los escritores realistas españoles. Pero en todos los realistas late el mismo deseo de reflejar la realidad contemporánea y desde posturas que no son ni asépticas ni conformistas. Características de los novelistas realistas rusos:
a. El mundo de las ciudades, especialmente San Petersburgo y Moscú, aparece reflejado tanto en los ambientes aristocráticos como burgueses, a menudo ligados a la corte.
b. Importancia del tratamiento del mundo campesino y su miseria, y de los sectores depauperizados de las ciudades.
c. Atención a personajes singulares, y al profundo análisis psicológico, moral y espiritual, incluso místico, ligado este tanto a la espiritualidad ortodoxa como al moralismo de los movimientos revolucionarios.
d. La perspectiva omnisciente de la voz narrativa en 3ª persona es general y está en consonancia que la postura crítica del autor ante los hechos relatados.
Dos excepcionales escritores representan dos corrientes literarias en el ámbito del realismo y de la conformación de la novela moderna: por un lado está Dostoyevski, en cuyas novelas se percibe un tratamiento dramático de los conflictos
de la psique humana, continuando la tradición que viene de la tragedia griega y pasa por Shakespeare: el mal, la culpa, la expiación, el pathos…, no en vano S. Freud se fijará en él; por otro lado tenemos a L. Tolstói, que representaría la línea épica en el tratamiento del héroe y de su tiempo; podríamos añadir una tercera tendencia, la lírica, en la que encuadraríamos a Gógol y Chéjov, con su visión tierna y melancólica de personajes corrientes que se desenvuelven en ambientes cotidianos.
3. Autores
NIKOLÁI V. GÓGOL
Se le considera el introductor del realismo en Rusia, con análisis minucioso de ambientes y crítica social, incluso en contra de su temperamento dado a lo visionario, a una religiosidad mística y con tendencia al desequilibrio patológico.
En su literatura hay rasgos románticos y fantasiosos, y también una tendencia al pesimismo y una búsqueda de alma interior que lo llevará a conflictos con la autoridad religiosa, como luego le sucederá a Tolstoi. En Almas muertas, el protagonista, arruinado, tiene la idea de hacerse vender almas muertas para obtener préstamos y tierras, hasta que se ve obligado a huir una vez descubierto su enredo.
Son muy conocidos sus relatos, el más famoso es El abrigo (Dostoyevski dijo que todos los escritores habían salido de este cuento): El argumento de este relato largo (o novela corta), una de las piezas maestras de Gogol y de la literatura universal, es muy sencillo: un pequeño funcionario de San Petersburgo decide hacerse un abrigo nuevo. Ante la imposibilidad de añadir más arreglos al viejo, sólo le queda la opción de hacer un enorme desembolso y pagar al sastre…o morir de frío en el duro invierno petersburgués. Al mismo tiempo, esta prenda nueva le elevará mental y moralmente de condición y categoría, hasta el punto de hacerle objeto de las burlas y el escarnio de sus compañeros de oficina. Apenas estrenado el abrigo, una noche cuando sale de la fiesta de uno de sus superiores, unos desconocidos le asaltan y le roban el preciado abrigo. Como consecuencia de este golpe fatal (y del frío petersburgués), el pequeño funcionario muere, y su  fantasma se dedica a asaltar en ciertos puentes y calles de San Petersburgo a los viandantes solitarios, para arrebatarles sus respectivos abrigos. Es una sátira humorística de la sociedad y de la burocracia de Rusia.
Gógol, nacido en el impero ruso, pero en territorio que actualmente pertenece a Ucrania, escribió en lengua rusa pero con asuntos ligados a la cultura ucraniana, como en Taras Bulba, novela histórica sobre los cosacos.
TURGUÉNIEV
Aristócrata, fue el escritor más inclinado al occidentalismo. En sus relatos breves (por ejemplo Mumu, la historia
de un sordomudo y su perrita) recibe la herencia de Gógol, a la que agrega su típica melancolía lejana que llegará a su máxima calidad en Chéjov. De sus novelas citamos Nido de hidalgos, en la que se plantea la oposición entre occidentalismo y eslavofilia hacia la que se inclina, y también Padres e hijos, en la que se defiende ideas progresistas nihilistas.
ANTON CHÉJOV
Importante dramaturgo, autor de obras tan importantes como La gaviota, Tío Vania o El jardín de los cerezos, y también maestro del relato breve, en el que destaca su capacidad de sugerencia, el tono melancólico y su capacidad para describir personajes en los que se aúnan la humanidad y la sencillez, y los ambientes en los que se percibe su crítica social teñida de humor y ternura.
LEÓN TOLSTÓI
El conde León Tolstói es el gran patriarca de las letras rusas que reniega de su clase preconizando una suerte de utopismo pacifista y libertario de corte místico y evangélico, que lo lleva a ser excomulgado por la Iglesia ortodoxa, a vivir
con sus campesinos, a trabajar de zapatero y a instruirlos y a pretender entregarles la tierra, aunque su esposa lo impide, por lo que huye de ella.
En Guerra y paz relata con aliento épico el avance napoleónico desde la batalla de Austerlitz en 1805 hasta su derrota en Borodinó en1812 y su retroceso, en cerca de dos mil páginas. Considerada una de las novelas más importantes de la historia de la literatura universal, es una visión épica de la sociedad rusa entre 1805 y 1815, justo antes de la invasión napoleónica. Esta extensa narración, una de las obras maestras del realismo, por la que desfilan 559 personajes, conmemora relevantes batallas militares y retrata a conocidas personalidades históricas, pero es principalmente una crónica de la vida de cinco familias aristocráticas. Los personajes, perfectamente definidos por precisas descripciones físicas y por profundos análisis psicológicos que iluminan sus mundos interiores, muestran la visión que de sí mismos tienen tanto ellos como otros personajes a lo largo del tiempo. La sincera y espontánea Natasha Rosova, una de las más conocidas heroínas de la literatura rusa, que madura y pasa de ser una exuberante adolescente a convertirse en una sólida matrona, encarna el ideal tolstoiano de feminidad. En lo básico, el carácter de Natasha permanece inmutable, aunque a él se le añaden apéndices que conciernen al amor, el matrimonio y los hijos, y simboliza la optimista creencia de Tolstói en la plenitud de todos los estadios del desarrollo humano. Confirma los iconoclastas puntos de vista del autor ruso acerca de los procesos históricos, que aparecen expuestos en los capítulos más filosóficos de la novela. Para él, la historia es el resultado de motivaciones anónimas y de acontecimientos personales, en lugar de los grandes eventos públicos promovidos por los líderes nacionales.
De Guerra y Paz emana una filosofía extremadamente optimista, que atraviesa los horrores de la guerra y la conciencia de los errores de la humanidad, lo que constituye el mensaje principal de la obra, escrita durante un periodo particularmente feliz de su vida.
Otra novela importante es Ana Karenina, que constituye una de las mejores novelas psicológicas de la literatura moderna. En ella utiliza los mismos métodos creativos realistas que en sus primeras obras, pero presenta una unidad artística mucho más sólida, y la exuberancia deja paso al pesimismo, pues la protagonista no logra resolver sus conflictosinternos. La pasión adúltera que Ana siente por el joven oficinista Vronsky, en la ciudad de San Petersburgo, contrasta fuertemente con la sana unión que existe entre Kitty y Constantin Levin y la plenitud de su vida en el campo. Ana se enfrenta a todas las convenciones sociales hasta llegar a su suicidio. En esta novela se observa la crítica social hacia la aristocracia y las preocupaciones de Tolstói por las religiónes y por la emancipación de los campesinos y su búsqueda de un ideal de vida libertario y naturista.
Citemos también otras novelas breves como Los cosacos, sobre este pueblo, La muerte de Ivan Illich, crítica social a la burocracia rusa y Hadji Murat, en la que narra la derrota de un héroe chechenio en su lucha contra los rusos y contra otros caudillos independentistas.

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